martes, 24 de abril de 2012

El poder de las artes marciales

Corren tiempos peligrosos para las artes marciales tradicionales.  Es una época muy confusa para el estudiante de artes marciales, quienes no saben a ciencia cierta si practican un deporte o un Arte Marcial.

Cuando un arte marcial se convierte en deporte olímpico desvirtúa su esencia y produce la erosión de la técnica, destruye la pureza estilista. Hoy día ni es un deporte ni es un arte marcial.

En los súper gimnasios de hoy se ofrece "enseñar" Karate Do, Tae kwon do, Judo o Jujitsu como si fuera un deporte popular más, a la par del boxeo o del béisbol, y peor aún, se prometen grados o cinturones como si se tratara de una carrera a la que hay que llegar lo antes posible, lo cual es totalmente contrario al espíritu marcial. Seguramente, los grandes maestros de todos los tiempos convulsionan en sus tumbas al ver cómo sus artes se toman tan a la ligera hoy en día y sobre todo cómo algunos se hacen llamar "maestros" portando cintas que les quedan anchas para su estrecho espíritu.


Salvar las tradiciones, seguir la disciplina, encontrar  el budo, controlar la fuerza física, el dominio de sí mismo, la humildad de espíritu, el honor y la fortaleza del caracter no son cosas que el hombre moderno entienda bien, se necesita corazón de guerrero y lealtad para andar el camino, de lo contrario, el practicante se reduce a un autómata repitiendo cientos de veces una serie de técnicas, ignorante del verdadero camino del guerrero.